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| Blogs > carlos230374 > ARQUITECTO DE SUEÑOS |
intenso recuerdo
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intenso recuerdo Anoche viví un intenso recuerdo en mis sueños, te vi poseída y sumisa entre mis brazos, te sentí enredada… e inquietamente hambrienta entre mis piernas. Y en el limbo ardiente de mis sueños, oía tus gemidos alborotados por mi cuerpo, súplicas y suspiros… a mi inconsciente oído erecto. Tu voz, tu voz… estaba en mis delirantes deseos nocturnos, y yo, si, y yo… estaba en lo más profundo de tu cuerpo, reviviendo una jugosa realidad en tus entrañas. Le llaman…. parálisis del sueño. ¡¡No!! No fue un simple y cotidiano sueño, fuiste tú mi hermosa ángel endemoniada, quien cabalgando a mi adormecido cuerpo, cogiste mis manos con las mismas fuerzas de tus intensas ganas, haciendo de mí un muñeco de carne sin voluntad alguna, un juguete travieso y vibrante para calmar tus más insaciables y húmedos deseos; y mientras jugabas conmigo, también devorabas mi pelvis con la danza de tus inquietas caderas, mordiendo mi virilidad sutilmente con la boca golosa del más ardiente infierno, con tus calientes labios humedecidos, mojados con el rocío eyaculado del cielo. No creo haber sufrido… paralisis del sueño. ¡Fue tan real! Que al despertar creí que estabas a mi lado, pero sólo me encontré con sábanas manchadas de ausencias y con mi cuerpo fatigado y descubierto. Entonces me acordé de ti, y pensé: ¿Ella se acordará de mí? Y entonces cuenta me di, que me acordaba de ti, pero no me acordé de tu nombre. Entonces entendí, que quizá tú también no me recuerdes, quizá también… ni de mi nombre te acuerdes; pero de algo estoy seguro, que aunque no nos recordemos ¡Nunca podremos olvidar! De lo que en la cama nos hicimos. Y aunque creamos que ya hemos olvidado esos delirantes instantes, nuestros húmedos y solitarios sueños, nos han de hacer recordar en alma y en carne propia… lo disfrutado de un pasado ya vivido. Quizá no recuerde las letras de tu nombre, pero si recuerdo los gemidos voraces de tu alma. Quizá no recuerdes cómo me llamo, pero no podrás olvidar que fuiste mi mujer, y que me hiciste… y que me hiciste tu hombre. Anoche no sufrí… una parálisis del sueño. ¡Anoche gocé! Con la sombra fugitiva…. de tu recordado cuerpo. |
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